El Instituto de Patrimonio y Humanidades (IPH) de la Universidad de Zaragoza ha inaugurado este martes, 6 de mayo, a las 11 h su Laboratorio de Investigación, situado en la Facultad de Filosofía y Letras (Edificio E, labE03). El acto ha contado con las intervenciones de Concha Lomba Serrano, directora del IPH, y de Manuel González Bedia, Vicerrector de Innovación, Transferencia y Formación Permanente. Asimismo, han asistido Eliseo Serrano Martín, Vicerrector de Cultura y Patrimonio; Carmen Marta-Lazo, Vicerrectora de Comunicación e Identidad Institucional, Rosaura Pérez Pe, Directora de Secretariado de Recursos para la Investigación, y José Antonio Beltrán Cebollada, Decano de la Facultad de Filosofía y Letras.
Consciente de que la investigación en laboratorios y la utilización de equipamientos científicos y metodologías innovadoras no son características exclusivas de las ciencias experimentales, el IPH se planteó desde sus inicios la creación de un laboratorio propio, que atendiese a la diversidad de disciplinas de conocimiento que engloba el Instituto. De este modo, para continuar en su apuesta por la excelencia en la investigación en Ciencias Humanas y Sociales, pone a disposición de los investigadores equipamiento especializado para apoyar y enriquecer su trabajo en distintos campos de estudio como la arqueología, el patrimonio bibliográfico y documental, la historia del arte, la lingüística, la literatura, la comunicación o la historia, entre otros.
“Es una forma de representar esa otra faceta profesional que es mucho más desconocida en el mundo de las Humanidades. Buena parte de los equipamientos que tenemos aquí se usan de manera sistemática desde las distintas áreas de conocimiento que integran el Instituto”, ha declarado Lomba.
Durante la inauguración, investigadores del IPH han realizado dos demostraciones en paralelo con diversos equipos de investigación. Berta Lasheras ha mostrado cómo se utiliza una mesa de escaneado y digitalización de patrimonio bibliográfico, para lo cual ha empleado un manuscrito antiguo cuyas imágenes se procesarán y tratarán posteriormente mediante un software, generando un nuevo libro digital. “Intentamos plasmar el reflejo más fiel de la realidad, estamos capturando el mejor estado que va a tener un documento de aquí en adelante”, explicaba la investigadora.
El profesor Juan Carlos Lozano ha trasladado a los asistentes al ámbito de la Historia del Arte con el manejo de un microscopio digital Dino-Lite, que permite ampliar al máximo los detalles de una pintura, o de una cámara de reflectografía infrarroja, utilizada para observar posibles repintes en el lienzo o bocetos previos. “Esta tecnología permite verlo todo con una claridad absoluta, su penetración es tal que podemos llegar hasta el dibujo subyacente en el cuadro y ver si el artista realizó algún arrepentimiento, como la modificación de trazos o tamaños”.